Seguidores

jueves, 30 de junio de 2022

Tocar fondo, un mal necesario.

 Algunas veces es más que necesario...


En sesión muchas veces me mencionan: "¿Era necesario pasar por esto?"

A lo cual mi interpretación suele ser: "¿Notas algo diferente en ti después de que ésto pasó?"


Cuando caes con la misma piedra varias veces, ya en análisis, el proceso se vuelve distinto. 


Cada caída te va diciendo con qué te estás tropezando, que cosas son las que se repiten y que no alcanzabas a ver, dónde están tus debilidades o inseguridades. Poco a poco vas encontrando la manera de caminar por un camino distinto, y ahí está el avance. 


Hay veces, que el proceso es más fuerte, más duro, más complejo y difícil de manejar,  y te lleva a un pozo oscuro. Como analista, la labor es acompañarte el tiempo que sea necesario hasta que le pierdas el miedo a la oscuridad y tengas la tranquilidad y fortaleza para buscar la salida y seguir.


No siempre es lindo, no siempre es fácil,  pero créeme una vez fuera, la satisfacción es enorme.

Luz Ibarra- Psicoanalista. 


jueves, 4 de febrero de 2016

El concepto del macho

Es bien conocido que no todos los hombres son iguales, y concuerdo sin embargo ¿haz conocido o conoces a un hombre que catalogues como machista o dominante?. Abordaremos en este primer punto los rasgos de personalidad de un sujeto dominante, para en un siguiente tema entrar a fondo con el tema del machismo en específico.

En ocasiones la conducta dominante del hombre es una respuesta conversiva, ésta proviene de una impotencia eréctil del hombre, el cuál, visto desde un enfoque psicoanalítico, es una derivación psicosomática. Es decir, el hombre tiene un conflicto edípico no resuelto; que provino de una frustración de sus fantasías sexuales o de deseos genitales en su infancia. En términos más coloquiales, el hombre crece con angustia debido las frustraciones sexuales que tuvo en la niñez.                                                                  

También sea el caso de una imitación por identificación con el agresor temido en sus primeras etapas de infancia. Probablemente haya tenido una figura  de autoridad amenazadora; adoptando su personalidad mediante la imitación. En otras palabras, supongamos que el hombre crece con un padre dominante, agresivo, controlador, etc; el niño para adaptarse adquiere la imagen del padre, siendo en su edad adulta igual o similar a el.

Existe la hipótesis de que "los hombres dominan a las mujeres porque les temen" (Cournut, 2001), viene en relación a lo anterior; hay ideas fantasiosas inconscientes en el hombre con respecto a la mujer, que al producirle una sensación de inferioridad, agresión a su masculinidad o alguna angustia por deseos reprimidos desde su infancia, producirán lo ya mencionado anteriormente; una respuesta agresiva, dominante y/o prepotente hacia la mujer, ya sea en específico a su pareja actual o en general hacia las mujeres, desembocando en rasgos misóginos.

Dentro de la pareja, el hombre dominante busca tener el poder o control de la relación, con elementos sádicos. Aparece una formación reactiva, esto visto en que de manera inconsciente, el hombre dominante teme ser sometido por un otro externo. También, en algunos casos es posible que el sujeto presente angustia ante la idea de poder ser abandonado; ya que al perder a quien dominar, pierde su propia identidad.


En conclusión, me queda el sólo mencionar que relaciones con cuestiones de dominación y sumisión, suelen culminar en cuestiones de violencia emocional, psicológica o física. Si este es el caso, hay grupos terapéuticos para hombres en la misma situación, también es posible llevar un análisis personal individual, ya sea el hombre para abordar cuestiones inconscientes respecto a su carácter o la mujer respecto a situaciones de agresión o rasgos sumisos que se puedan trabajar; sin dejar de lado una psicoterapia de pareja.



Luz Edith Ibarra Moncayo.
Psicoanalista.
8114793106
luzedith.ibmon@gmail.com

lunes, 25 de enero de 2016

Un matrimonio de dos.

“Un matrimonio de dos”.



Cuando hablamos de matrimonio o vivir en pareja, viene a nosotros la idea de dos personas siendo uno mismo. Pero, ¿Es ésta una concepción sana de nuestra relación? ¿En realidad debo dejar de ser quién soy para satisfacer un ideal común?

Es debido aclarar que hay cambios positivos que deben generarse en ambos miembros de la relación para que ésta funcione de una forma armoniosa. Sin embargo, hay quienes ven este concepto de cambio de una manera más limitante.

Es decir, existe quién deja de lado sus estudios, sus salidas con amigos, deja su trabajo, cambia su manera de vestir, entre otras cosas.


En la mayoría de los casos, al paso de los años, se observa una relación conflictiva, con resentimientos por parte de uno o ambos cónyuges.  


                                          (Pinterest).


La falta de comunicación para expresar que planes queremos a futuro, que cosas deseamos que permanezcan dentro de nuestra relación conyugal;  incluso después de años de casados,  el no expresar aquello que nos insatisface; además de causarnos conflictos en la relación, puede llegar a generarnos ansiedad, depresión, y demás enfermedades psicosomáticas.

Es preciso que a pesar de estar dentro de una relación de pareja,  debe ser  uno mismo quien tome la decisión de lo que deseamos  tener en nuestra vida.

Si queremos laborar en determinado trabajo, tener un día donde podamos salir con nuestras amistades, elegir abiertamente el estilo en que nos sintamos cómodos al vestir.


                                           (Pinterest).
                                          

Mantener nuestra independencia e individualidad, con nuestra pareja acompañándonos en el camino.

No sobra el señalar  que el ser una persona con independencia no es convertirse en un completo libertino. Habrá que encontrar, por medio del diálogo, un equilibrio entre las cosas en las que ambos debamos ceder, (porque la relación así lo requiera para avanzar) y lo que sea importante en nuestro crecimiento personal o defina quien somos.

Todo esto es válido decirlo y buscar que este entendimiento sea mutuo, recíproco. El matrimonio y la libertad no son algo opuesto.

Para solucionar conflictos de comunicación en tu relación; si tú sientes que estás siendo alguien dependiente de tu pareja, o no logran encontrar un equilibrio en su relación; quizá se aconsejable acudir a un análisis psicológico; ya sea de manera individual o por medio de terapia de pareja.









Luz Edith Ibarra Moncayo
Psicoanalista.
8180258618
luzedith.ibmon@gmail.com