Seguidores

jueves, 4 de febrero de 2016

El concepto del macho

Es bien conocido que no todos los hombres son iguales, y concuerdo sin embargo ¿haz conocido o conoces a un hombre que catalogues como machista o dominante?. Abordaremos en este primer punto los rasgos de personalidad de un sujeto dominante, para en un siguiente tema entrar a fondo con el tema del machismo en específico.

En ocasiones la conducta dominante del hombre es una respuesta conversiva, ésta proviene de una impotencia eréctil del hombre, el cuál, visto desde un enfoque psicoanalítico, es una derivación psicosomática. Es decir, el hombre tiene un conflicto edípico no resuelto; que provino de una frustración de sus fantasías sexuales o de deseos genitales en su infancia. En términos más coloquiales, el hombre crece con angustia debido las frustraciones sexuales que tuvo en la niñez.                                                                  

También sea el caso de una imitación por identificación con el agresor temido en sus primeras etapas de infancia. Probablemente haya tenido una figura  de autoridad amenazadora; adoptando su personalidad mediante la imitación. En otras palabras, supongamos que el hombre crece con un padre dominante, agresivo, controlador, etc; el niño para adaptarse adquiere la imagen del padre, siendo en su edad adulta igual o similar a el.

Existe la hipótesis de que "los hombres dominan a las mujeres porque les temen" (Cournut, 2001), viene en relación a lo anterior; hay ideas fantasiosas inconscientes en el hombre con respecto a la mujer, que al producirle una sensación de inferioridad, agresión a su masculinidad o alguna angustia por deseos reprimidos desde su infancia, producirán lo ya mencionado anteriormente; una respuesta agresiva, dominante y/o prepotente hacia la mujer, ya sea en específico a su pareja actual o en general hacia las mujeres, desembocando en rasgos misóginos.

Dentro de la pareja, el hombre dominante busca tener el poder o control de la relación, con elementos sádicos. Aparece una formación reactiva, esto visto en que de manera inconsciente, el hombre dominante teme ser sometido por un otro externo. También, en algunos casos es posible que el sujeto presente angustia ante la idea de poder ser abandonado; ya que al perder a quien dominar, pierde su propia identidad.


En conclusión, me queda el sólo mencionar que relaciones con cuestiones de dominación y sumisión, suelen culminar en cuestiones de violencia emocional, psicológica o física. Si este es el caso, hay grupos terapéuticos para hombres en la misma situación, también es posible llevar un análisis personal individual, ya sea el hombre para abordar cuestiones inconscientes respecto a su carácter o la mujer respecto a situaciones de agresión o rasgos sumisos que se puedan trabajar; sin dejar de lado una psicoterapia de pareja.



Luz Edith Ibarra Moncayo.
Psicoanalista.
8114793106
luzedith.ibmon@gmail.com